¿Tiene sentido alternar la dureza de los alineadores que pones a tus pacientes?

Esto se plantea con una analogía respecto a lo que se hace con ortodoncia fija: arcos flexibles de nitinol y arcos de acero de terminación.

Sin embargo, aunque pueda “sonar bien” y que el paralelismo quiera hacernos imaginar un mejor resultado de nuestros tratamientos sin hacer otra cosa que cambiar el material de nuestros alineadores, lo cierto es que esto se trata de una falsedad, dado que:

• El movimiento dental de un alineador se origina por la flexibilidad del mismo, no por su rigidez, que solo contribuye a aumentar su retención (la cual podemos mejorar por ejemplo usando attachments)
• El aumento de la rigidez conlleva también aumento de las microfracturas en el plástico del alineador y la deformación por estrés mecánico (recordemos que la flexibilidad es más importante para el movimiento)
• El alineador es removible: no se puede comparar con la torsión radicular final de un arco de acero que se coloca de manera constante al paciente, algo que solo puede sugerir alguien con desconocimiento total del movimiento dentario… o con intereses en que esto tenga sentido.

De hecho, a modo de comentario final, Zendura FLX es un poliuretano multicapa que tiene dos versiones, la rígida y la más rígida aún, debido a su estructura tri-capa (las exteriores son “waterproof”) de PU, de forma que en realidad no existe el plástico “blando” como tal, puesto que la misma estructura.

En conclusión: no se ha demostrado de ninguna manera que alternar la dureza de los plásticos de los alineadores mejore en modo alguno el resultado, y sí se han demostrado las ineficiencias por emplear un material con excesiva rigidez, que debemos evitar en nuestras planificaciones, optando siempre por materiales flexibles con bajo estrés de relajación.