Uno de los “reproches” que más han recibido los alineadores en los últimos años es el hecho de que son “poco predecibles”, entendiendo la predictibilidad consiste en que clínicamente la posición final diseñada digitalmente se exprese exactamente con exactitud a nivel clínico.
Esto, que carece de escaso sentido clínico, ha conllevado por otro lado mucho interés en “medir” qué movimientos realizan con más o menos facilidad.
Así que, gracias a ese error conceptual acerca de la predictibilidad, tenemos mucha información sobre lo que expresa bien el plástico y lo que no. Uno de los campos – quizás por la simplicidad en las mediciones para estudios – más analizados es el de la expansión dental, que se expresa en una cantidad menor de lo previsto digitalmente.
A la vista de eso, ¿tiene sentido sobretratarla o sobrecorregirla? Respondemos a esta pregunta: depende.
En primer lugar, es importante tener claro que en este caso se necesita que se realice un sobretratamiento de la misma (durante el tratamiento), y no una sobrecorrección de esta (que sería al final del mismo).
Por otro lado, sería conveniente realizar un sobretratamiento entre el 0 y el 20% del movimiento total cuando:
- Se trata de la expansión de caninos o segundos molares, con menor predictibilidad de desarrollo transversal, por ser piezas que se encuentran en la posición más distal o en la curvatura de la arcada entre sector anterior y posterior
- Se trate de una expansión en masa, en cuyo caso deberíamos añadir 6 grados extra de torque radículo-vestibular por milímetro de expansión coronal más allá del “torque cero”.
Igualmente, deberíamos evitar esta sobrecorrección:
- Cuando la expansión se realice únicamente por movimiento coronal, sin mover la raíz, lo que se conoce como “expansión por cambio de torque”
- Cuando estemos en el segundo o tercer juego de alineadores y queramos que los contactos oclusales finales sean adecuados, algo que la expansión “en masa” anteriormente descrita suele empeorar.